domingo, 20 de marzo de 2011

"Nocilla Lab", de Agustín Fernández Mallo. Reseña literaria de Antonio Guerrero

Nocilla Lab





Debía leer el último libro de la trilogía, no podía dejarlo pasar. Un buen día me armé de valor y me dirigí a la librería de siempre. Manolo, Manolo – le dije a mi librero – esta vez busco algo muy especial.  Cuando Manolo regresó aprisioné aquella obra como si mi vida dependiera de ello. Compré el libro y me fui a casa. Nocilla Lab, de Agustín Fernández Mallo - Me relajé mientras hablaba en voz baja -.  Era lo que faltaba entre mis lecturas. Con él culminaba el deseo de conocer el origen de esa generación Nocilla que tanto me atrae. Y comencé a leer, por supuesto,  e insistí en involucrarme en aquellas palabras tan extrañas y atractivas.  Si debo decirlo todo, encontré y perdí muchas cosas por el camino. Como debe de ser, un libro, cada libro, debe suponer un antes y un después, si no la literatura no tendría sentido. 



Poco a poco, durante la lectura, fui apreciando un libro en el que la fragmentación hacía eco hasta las más últimas consecuencias. Era un trabajo tripartito en el que aparecía un párrafo de unas 60 páginas, unos personajes con algo pendiente y un experimento: la narrativa del comic. Allí aparecía Enrique Vila-Matas como personaje; mantenía un diálogo imposible con el autor. Desde luego la hibridación de lenguajes estaba en aquel trabajo. No solo en la parte final si no también a través de las fotografías aparecidas en otros fragmentos. Podría decirse que existía un juego con el lenguaje, como diría Wittgenstein, con planteamientos transcendentales.

De este libro han dicho muchas cosas: que es un road-movie inquietante, que parece creado en una mesa de mezclas, que trabaja de manera excelente la auto referencia.  Para mi es, como su nombre indica, un experimento: el final del proyecto Nocilla que tantas muescas elementales ha dejado en la literatura joven actual.  Al mismo tiempo es un viaje interior que termina en el autor,  en el mismo, como si se tratase de una trinidad gnóstica Agustín Fernández Mallo se hace creador, creado  e interpretado por si mismo. Examina su auto referencia con atisbos existencialistas, con silencios transcendentales y voces ulteriores. Se busca, se persigue con la tensión del thriller, y se encuentra en un plano superior. La meta final es una nueva forma de literatura y un contenido de vanguardia.

¿Y cuál es la excusa para este experimento literario?:  un argumento no menos inquietante. Una pareja que aún no dicho su última voluntad, una prisión llena de ausencias, unas extrañezas marginales de aquello normalmente llamado mundo, lo vacío y lleno del día a día y de cada momento, las indeterminaciones en las que nos encontramos a menudo sin saberlo.

Quiero terminar parafraseando a Agustín Fernández Mallo cuando dice que dos de los mayores genios de los últimos tiempos son: Wittgenstein  y  Andy Warhol.  Yo añadiría a su comentario que si sus ídolos pudieran apreciar su trabajo se sentirían muy orgullosos de él. Este libro es el ejemplo de que experimentar no solo es posible si no necesario y que la literatura no puede dejar la innovación al margen de su quehacer diario.

Antonio Guerrero es Diplomado en Relaciones Laborales. (U.H.U.) y Estudiante de  Filosofía. UNED. Almería.  

miércoles, 9 de marzo de 2011

ES EL MISMO NAVÍO EL QUE NOS LLEVA. Reseña literaria de Francisco Javier Illán Vivas

ES EL MISMO NAVÍO EL QUE NOS LLEVA






Reseña literaria de Francisco Javier Illán Vivas.







Es el mismo navío el que nos lleva es un libro dedicado al mar, al Mediterráneo, al que se evoca en muchos de los cuarenta y ocho poemas que lo componen, divididos en tres partes: Niño en pueblo, Hombre en ciudad, Y viejo hoy frente al Mediterráneo, y ya con estos epígrafes de cada apartado el lector o lectora puede hacerse una idea del la línea poética que Pedro Javier Martínez nos propone en su obra: casi unas memorias de sus vivencias, de sus inquietudes, de reconocerse hoy en la provecta edad aunque su propia pluma niegue este hecho inevitable del paso del tiempo.
El libro fue premiado con el XV Premio internacional de poesía Luys Santamarina- Ciudad de Cieza, uno de los pocos, pocos, premios literarios que me merecen respeto y al cual, como espectador, procuro ser asiduo anualmente, tanto en Cieza como en la Universidad de Murcia.

En la primera parte, Niño en pueblo, viajaremos con el autor por sus recuerdos, en un viaje al pasado, en el tiempo, para reconocerle que malvive y agoniza, un mundo que ya no volverá, aunque el tiempo fuese posible echarlo hacia atrás.
Hombre en ciudad es un canto al ayer más reciente, no falto de pena por lo perdido en aquel pueblo donde un niño podía morder una fruta a caballo del árbol que la cría.
Para llegar al hoy, a ese Viejo frente al Mediterráneo, con la placidez que dan los años cuando todo está hecho y planifica sin premura los días que le quedan, posiblemente escribiendo, y también, ¿por qué no? encontrando un momento- ya se encuentran en cualquier instante del día- para escribir su biografía.
Pedro Javier nos contará, siempre mirando al Mediterráneo, que la vejez llega, que él se resigna, pero que se escuda en la poesía.
Un escudo cuya protección nunca deserta.

Francisco Javier Illán Vivas es escritor, poeta, crítico literario, periodista, coeditor de la revista poética ÁGORA, agitador cultural murciano y un sinfín de cosas más...